Día de la Anunciación: Fiesta Patronal de la Familia Marianista

Día de la Anunciación: Fiesta Patronal de la Familia Marianista

Anunciación a María. Fra Angelico. Museo del Prado

Hoy, 25 de marzo, día de la Anunciación, celebramos la Fiesta Patronal de la Familia Marianista. Una llamada a recordar y celebrar con alegría nuestra vocación en la Iglesia. Una respuesta de vida enraizada en el “SÍ” de María en el momento de la Anunciación. Cada año, una de las ramas de la Familia Marianista es la encargada de organizar esta jornada. Este año, las Religiosas Marianistas (FMI) han llevado a cabo esta tarde y su invitación comienza con las siguientes palabras:

«Vivimos tiempos de desafíos y dolores, pero queremos, con María y como ella, acoger lo que está por venir, inspirados y sostenidos por su “sí” confiado y perseverante. Un “sí” que, acogido en la sencillez, hizo posible concebir y engendrar algo nuevo por la fuerza del Espíritu. En julio de 2022, las hermanas marianistas celebraremos nuestro 33° Capítulo General, para el cual hemos escogido como lema: Misioneras de María al cuidado de la vida. Queremos unirnos al llamado de la Iglesia y de tantas personas de buena voluntad y dar pasos concretos hacia una ecología integral.

Lo haremos teniendo como telón de fondo el texto de la anunciación del Señor. Un embarazo y una gestación requieren atención y cuidado continuos por parte de la madre y de toda la familia. De la misma manera, nosotros, como misioneros y misioneras de María, queremos secundarla en la misión de engendrar y custodiar la vida nueva que late silenciosamente en el seno de nuestra humanidad, tan herida en este momento por el contexto de la pandemia y de muchos otros factores».

A continuación, os compartimos nuestras peticiones y acción de gracias de la Familia Marianista para que os podáis unir a nosotros en oración.

PRECES DE LA FAMILIA

Te pedimos, Señor:

1. Por los religiosos marianistas, para que, motivados por María, con Ella y como Ella, sepan discernir, acoger y colaborar con las fuerzas que generan VIDA y lleven las tinajas con s propia vida. (P. Paco Barrio, SM – Brasil).

2. Por la Alianza Marial, para que junto a toda la Familia Marianista, sepa dar testimonio del amor misericordioso del Dios encarnado, Señor de la vida, comprometiéndose creativamente en las distintas formas de promoción y desarrollo de la vida de nuestros hermanos en el mundo. (Mª. Eliana Rebolledo, AM – Chile)

3. Por las religiosas marianistas, que están preparando el 33º Capítulo General. Pedimos la intercesión de María, para que seamos signos de su amor y de unidad, solidarias entre nosotras, con la tierra – nuestra casa común – y con los hombres y mujeres de hoy. Que nuestros Fundadores nos inspiren y acompañen. (Micaela Lee, FMI – Roma)

4. Por los laicos marianistas, para que vivan su compromiso como misioneros y misioneras de María, testimoniando en el ámbito familiar y laboral que un mundo nuevo es posible. (CLM)

Te damos gracias, Señor:

1. Por la VIDA MARIANISTA que recibimos de nuestros Fundadores, por todos los Hermanos y Hermanas que nos precedieron, que llenaron sus tinajas, que bebieron el carisma y, en la Comunión de los Santos, hijos de Dios, nos animan a seguir ofreciendo el mejor vino que alegra nuestra VIDA. (P. Paco Barrio, SM – Brasil)

2. Por el testimonio silencioso y sencillo, como el de María, de tantas personas consagradas en el mundo que aman, respetan y cuidan con ternura la vida de los más pobres y desamparados. (Mª. Eliana Rebolledo, AM – Chile)

3. Por poder imitar el celo apostólico de Adela y vivir como misioneras de María al cuidado de la vida. Gracias por la solidaridad autentica frente a las dificultades en este tiempo de la pandemia y por tener una visión más amplia de la ecología integral, abriéndonos a los llamados de la iglesia y del mundo hoy. (Sr. Micaela Lee, FMI – Roma).

4. Por todas las CLM, las personas afiliadas, colaboradoras, bienhechoras y amigas de nuestra Familia Marianista; por su testimonio generoso y perseverante en la vida cotidiana al servicio del Reino.

Virgen y Madre María, tú que, movida por el Espíritu,

acogiste al Verbo de la vida en la profundidad de tu humilde fe, 

ayúdanos a decir nuestro “sí” ante la urgencia, más imperiosa que nunca, 

de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús en nuestro mundo herido.

Consíguenos ahora un nuevo ardor para llevar a todos el Evangelio de la vida que vence a la muerte misionero.

Ayúdanos a vivir el testimonio de la comunión, del servicio, de la fe ardiente y generosa, 

de la justicia y el amor a los pobres para que la alegría del Evangelio llegue

hasta los confines de la tierra y ninguna periferia se prive de su luz. Amén. (EG,288)