Nuestra vida como religiosos marianistas es una vida sencilla y entregada a la misión en la que seguimos a Jesús de Nazaret y pedimos a María, su madre, que cooperando con el Espíritu Santo, nos haga conformes a su Hijo. Muchos de nuestros hermanos nos han ayudado en nuestra vocación y misión, con su ejemplo de vida y su manera de transmitir el Evangelio. En esta sección, recopilamos algunas de estas vidas que han dejado huella en muchos corazones. Ellos son en muchos casos, nuestros «santos de la puerta de al lado».