La Familia marianista, dentro de la Iglesia, es un conjunto de grupos o formas de vida cristiana, que viven de un mismo carisma y que tienen un origen común. Este carisma o don de Dios se resume en la expresión “El espíritu de María”, que es el espíritu de fe y de encarnación de Cristo en el mundo.
Los fundadores, Guillermo José Chaminade y Adela de Batz de Trenquelléon, fundaron primero un movimiento seglar, la Congregación de Burdeos (1800), del que derivan hoy las Comunidades Laicas Marianistas y la Alianza Mariana. Tras ellos, fueron fundadas las Hijas de María Inmaculada (1816) y la Compañía de María (1817), las dos congregaciones de vida consagrada.
Todos los grupos están consagrados a Dios, formados por María para seguir a Jesús y en alianza misionera con ella.
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