La Parroquia de los Marianistas en Cuba cumple 100 años

La Parroquia de los Marianistas en Cuba cumple 100 años

Ha sido declarada Santuario diocesano de la Caridad del Cobre.

 Autor: Rafa Iglesias SM

Entrevistamos a Javier Jaúregui, párroco de la Caridad desde septiembre de 2022. La misión marianista lo llevó de Cádiz a la Habana, para sumarse a la comunidad marianista de Pinar del Río. Hoy impulsa junto con religiosos y laicos la vida pastoral de esta Iglesia que cumple 100 años de vida de fe y culto a María, la Madre de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba.

¿Qué efeméride está a punto de celebrarse?

Vamos a celebrar el centenario de la construcción de esta iglesia que fue inaugurada el 8 de septiembre de 1823, fiesta de la Virgen de la Caridad del Cobre.

¿Qué podemos saber de la historia de la Iglesia?

Una señora pinareña, esposa de un militar de alto rango por traslado de su marido, vivía lejos de Pinar y echaba mucho de menos a su familia y a sus amigas. Rezaba mucho a la Virgen de la Caridad pidiendo volver y vivir en Pinar y casualidad o milagro, sus sueños se cumplieron y volvió dispuesta a cumplir su promesa: construirle una capilla a la Virgen. Movió a sus amigas, fue hablar con el obispo que no tenía dinero pero ella se empeñó y con las amigas creó un patronato con rifas, fiestas,… involucrando a la gente y con esos fondos y con el apoyo del obispo se construyó una ermita.  Se quería hacer más cerca del centro de la ciudad pero por otro lado les gustó que estuviera en la loma en donde había un cuartel y decidieron hacerla aquí para que desde la ciudad se pudiera ver su campanario. El primer cura, el padre Cayetano, estuvo más de 60 años seguidos en esta iglesia hasta su muerte y sus restos descansan en la iglesia.

¿Cómo está previsto celebrar el centenario y cómo se está organizando?

Se ha creado una comisión con tres miembros del Consejo parroquial. Hemos dado los primeros pasos: entrevista con el obispo que va a declarar a esta iglesia, santuario de la Caridad del Cobre  ya que el original está muy distante en el oeste de la isla. Hemos empezado los domingos con una oración para que la gente se vaya motivando, vamos a colocar en el frontis de la Iglesia el lema que lo hemos sacado de la oración: “Cien años que María tiene su casa en Pinar”. Se va a organizar un concurso de artes plásticas. En el mes de junio cada semana va a haber un acto de tipo cultural, histórico, artístico, musical, que vaya ambientando esta celebración. En septiembre será la novena de la Caridad del Cobre animada cada día por un grupo de la parroquia e incidiendo en el agradecimiento por todo lo que se ha ido haciendo en estos cien años. El día 8 saldrá la procesión desde la iglesia atravesando la ciudad hasta la Catedral. El día 9 habrá un concierto por la tarde y el día 10 será el día grande de inauguración del santuario diocesano de la Caridad.

¿Desde cuándo tiene encomendada la Compañía de María esta parroquia?

Esta ermita fue parroquia desde 1977 y los marianistas la asumimos el 2014. Así que llevamos 9 años.

¿Cómo describirías el barrio al que atiende la parroquia?

Es complicado describir cómo es este barrio; la mayoría de las casas son bajas, la construcción es antigua, de estilo colonial pero están un poco descuidadas y necesitan ser remozadas. En el interior son todas muy parecidas. Entre la gente de la parroquia hay gente con formación:  médicos, profesores,… pero los sueldos y la mala situación económica ataca a todos a causa de los salarios bajos, la alta inflación, y la dificultad para poder adquirir productos básicos pero hay barrios que están mucho peor. Se dice que la gente que vive un poco decente es la que vive de la FE:  la que tiene familia en el extranjero.

¿Cómo se organiza la comunidad cristiana?¿Cuáles son los servicios pastorales que presta la parroquia?

Llevo 7 meses de párroco. Hay un Consejo parroquial en donde están representados cada uno de los grupos. Está el servicio de Cáritas en donde trabaja Ignacio Osorio. Distribuimos alimentos, ropa,… todo es necesario sobre todo después de vivir el ciclón. También está la catequesis infantil, adolescentes, adultos, el bautismo, la confirmación, la pastoral de la familias que es muy difícil. Está la pastoral de jóvenes muy reducida. La pastoral de enfermos es muy importante. Vamos a ampliar el equipo de ministros de la eucaristía sobre todo con mujeres para atender a los ancianos

¿Qué ha supuesto para ti la llegada a Cuba estrenándose como párroco en Pinar?

Me estrené con el famoso ciclón. Tuve que iniciar las obras del tejado de la cubierta de la Iglesia. Aquí las cosas van muy despacio. He tenido que ejercitar la paciencia, todo un aprendizaje: “esto es Cuba, Padre” No es fácil conseguir cemento; cuando lo tienes hay que esperar la tela asfáltica y luego tienes que conseguir la arena y tiene que venir el equipo de albañiles que no vienen y finalmente los dineros. Por eso bienvenidas son todas las ayudas que estamos recibiendo desde Valencia y Cádiz que agradecemos mucho.  Otro descubrimiento ha sido la visita a los ancianos que son una joya: han sido pilares de esta comunidad, entregadísimos como catequistas en momentos muy difíciles en la iglesia y que ahora están impedidos. Es importante rezar con ellos, llevarle la eucaristía atenderlos en lo que necesitan. Cada vez que salgo de las casas me siento agradecido.  Finalmente tengo la labor parroquial ingrata de hacer de contable, secretario. Todo es un aprendizaje; cada día.

En el contacto diario con la gente, ¿cuáles crees que son los grandes desafíos que tienen y que tú vas percibiendo?

La gran herida que percibo es el desánimo, la tristeza, la desesperación.  Como aquella mujer a la que viste agotada por los apagones, los trabajos que tienen que hacer para sacar adelante a la familia,… no les llega con el dinero que ganan. Los ancianos si quieren tomar leche tienen que gastarse la pensión para poder comprarla. Por otro lado es gente buena. La emigración es tremenda: mucha gente se va y uno se pregunta: ¿qué va a ser de este país? La gente que se fue antes está llamando a sus padres para que se vaya con ellos. Nosotros mismos tenemos el peligro de contagiarnos de este desánimo. Nuestra esperanza es acompañar, escuchar, estar con ellos.

 ¿Qué está aportando el carisma y la familia de marianista a la iglesia local y en concreto a esta parroquia?

El Papa habla últimamente de que son peligrosos los laicos clericalizados. Esta es una iglesia muy clericalizada.  Se hipervalora al sacerdote y  de tanto valorarlo se infravalora al laico. Nuestro talante de iglesia más familiar, más mariana en la que el sacerdote no es el superior, en que no somos tan legalistas en cuestiones rituales o de trato a veces pueden desconcertar y de hecho desconciertan. Pero aportamos un estilo de iglesia más mariano, comunitario, maternal,  y eso la gente lo va apreciando.