El Consejo de Familia se pone a la escucha del Espíritu y en camino con los jóvenes

El Consejo de Familia se pone a la escucha del Espíritu y en camino con los jóvenes

El sábado 23 de noviembre compartimos en Madrid el 4º encuentro de este año 2024 los miembros del Consejo nacional de la Familia Marianista formado por Mª Luisa Zubiri (provincial de las religiosas marianistas), Herminia Rangel (responsable provincial de Fraternidades provincia de Zaragoza), Raúl Molina (presidente de CEMI), Iñaki Sarasua (provincial de los religiosos marianistas) y Javier Palop (responsable provincial de Fraternidades provincia de Madrid).

En esta ocasión, además de tratar asuntos relacionados con la misión de la Familia Marianista en las 5 ramas, pudimos tener un encuentro presencial con la Comisión de Pastoral con Jóvenes y vocacional, formada por Rosa Juliá (religiosa marianista), Íñigo Salinas (fraterno de Zaragoza), Keko Navarro (miembro de CEMI), Lourdes Otaegui (fraterna de Madrid) y Hugo Diego (religioso marianista, ausente en esta reunión, por causa mayor).

Utilizamos la conversación espiritual como método de trabajo, para llegar a consensuar muchos puntos de coincidencia en los que nos reconocemos como Familia que trabaja junta en la misión con los jóvenes en distintas realidades (grupos de fe, parroquias, antiguos alumnos, comunidades laicas, etc).

Compartimos el camino recorrido durante estos 7 años y nos fijamos en la llamada de futuro que nos hace hoy la iglesia a ofrecer a los jóvenes de entre 18 y 35 años experiencias de calidad para encontrarse con Dios, conocer a Jesús, amarle y servirle. Son muchos los jóvenes – bastantes antiguos alumnos de colegios marianistas y otros no – que buscan sentido y valor para sus vidas. Quieren descubrir a qué les ha llamado Dios en la vida. Y no es fácil encontrarlo sin más en la universidad, en los estudios, en las primeras experiencias de vida profesional, experiencias de pareja…

Desde la Familia Marianista queremos ofrecer un cauce común llamado FORTES, en un modo similar a como la familia jesuítica ofrece el cauce llamado MAGIS, que puede ayudar y enriquecer al trabajo pastoral que se hace localmente con jóvenes. Se trata de un camino construido entre todos, jóvenes y acompañantes adultos, para acercar nuestras vidas a la experiencia viva de Jesús resucitado. El camino continúa y vendrán nuevas y atractivas propuestas pronto.