“Guardar la memoria de Faustino y J.M Salaverri es tenerlos como testigo de que ese ideal que buscamos en nuestro colegio no es una utopía”

10 Mar “Guardar la memoria de Faustino y J.M Salaverri es tenerlos como testigo de que ese ideal que buscamos en nuestro colegio no es una utopía”

El pasado 3 de marzo se celebró en el colegio Nuestra Señora del Pilar de Valencia un acto de celebración del día del Venerable Faustino Pérez-Manglano Magro, que contó con la presentación de la reedición del libro biográfico «Tal vez me hable Dios», escrito por su confidente, ex director y profesor del centro y sacerdote marianista P. José María Salaverri Aranegui, sm, que falleció en 2018.

Fue un acto muy bonito y entrañable, conducido por la periodista Carmen Revillo, y donde participaron Manuel Cortés, antiguo alumno del colegio de Valencia en la época de Faustino, provincial y superior general de la Compañía de María; Rafael Iglesias sm, autor del prólogo del libro, y el P. José Luis Sánchez, vicario episcopal de Cultura y relaciones institucionales de la diócesis de Valencia.

Además, durante el evento el artista valenciano y antiguo alumno del centro, Luis Lonjedo, ejecutó una pintura en directo del Venerable Faustino, y se contó con la actuación especial del coro del colegio.

Durante el acto, Manuel Cortés recordó algunas frases de Salaverri y cómo le gustaba hablar de Faustino como un amigo: “Faustino, como todos los santos, no es un modelo sino un amigo del cielo que nos ayuda a despertar al santo dormido que todos llevamos dentro desde nuestro bautizo.”

Por su parte, Rafael Iglesias aseguró que Faustino no era un chaval del pasado, sino una presencia viva, «alguien que ha recorrido la vida con Jesús, con el que atraviesa su pasión y su cruz, y hoy está vivo. Comparte con Jesús la luz de la Resurrección. (…) Ojalá que sea un ejemplo para los jóvenes”. Y D. José Luis invitó a seguir trabajando por ofrecer alternativas a los jóvenes que hagan posible un diálogo fe-cultura-razón-ciencia que ofrezca respuestas personales ante circunstancias difíciles, tal y como hizo J.M Salaverri

El acto concluyó con la bendición, por parte de Manuel Cortés, del salón de actos que pasa a llamarse José María Salaverri. Y es que, tal y como explicó el propio Cortés durante su intervención, guardar la memoria de Faustino y Salaverri no es tenerlos como modelo, sino “tener viva la memoria de lo que queremos en el colegio, como testigo de que ese ideal que buscamos no es una utopía, sino que se ha encarnado en ellos y en su relación”.

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