«Necesitamos marianistas jóvenes, fuertes, ilusionados, que quieran transformar la realidad»

«Necesitamos marianistas jóvenes, fuertes, ilusionados, que quieran transformar la realidad»

ENTREVISTA A HUGO DIEGO AKAITURRI, SM, VICEPROVINCIAL Y ASISTENTE DE PASTORAL JUVENIL Y VOCACIONAL

Entrevistar a Hugo es un reto porque no para de lanzar ideas, de hablar de Jesús, de hacer preguntas y todo con mucha pasión. “Soy un religioso apasionado, un seguidor de Jesús y muy agradecido al Señor porque me llamó a la vida marianista. ¡Y soy del Athletic!”, se presenta. Desde septiembre de 2024 es Viceprovincial y Asistente de Pastoral Juvenil y Vocacional. Confiesa que el mayor regalo que ha tenido en su vida como religioso marianista han sido sus hermanos, “la comunidad”, y el segundo, el encuentro con el pobre “cuando más cerca le he tocado a Dios ha sido con ellos”. Hablamos con él sobre este primer curso, los retos, los jóvenes y, por supuesto, la vocación.

¿En qué consiste tu misión actual?

Estoy convencido de que el Señor tiene una misión para cada uno de nosotros. Y si le decimos que sí, seremos muy felices. Mi misión es intentar acompañar a jóvenes para que encuentren su lugar en el mundo, que respondan a la llamada, a su vocación.
¿En qué se traduce eso?
Hay tres ámbitos de acción. La primera, son esos grupos que, a modo de itinerario de fe, se mueven en nuestros colegios. Están los grupos de postcomunión, como Huellas, los grupos Guinomai (Senda, Chamis, Xaire…), que engloban la adolescencia (ESO y Bachillerato), seis años de vivencias pasadas por el corazón, también los grupos scouts, el catecumenado, etc.
El segundo ámbito, engloban los jóvenes de 18 a 35 años con FORTES, donde vamos de la mano de la familia marianista, donde ofrecemos propuestas para el encuentro con Dios. Y el tercer ámbito sería la pastoral vocacional de personas que se están preguntando si están llamados a ser religiosos marianistas y ofrecerles espacios para que puedan hacer una reflexión profunda y dar respuesta a esa posible llamada.

Como viceprovincial me toca estar en varias instituciones como representante y en un ámbito más internacional.


Este curso has visitado muchos grupos…
Calculo que unos 50 y les hago “de espejo”: les invito a que se paren, que vean dónde están y que ‘se sueñen’, ¿dónde queréis estar en 4 años? Pregunto a los responsables de pastoral, a los directores, a las familias… y luego les hago un pequeño informe, recogiendo lo que han dicho, y con unas pequeñas líneas que les ayuden a seguir construyendo. Lo agradecen mucho.
También me reúno con jóvenes de 4ºESO o 1º bachillerato en un encuentro más profundo donde hablamos de sus ilusiones y les lanzo la pregunta: ¿Qué es la vocación? Lo identifican muy bien, como una llamada desde lo profundo. Y les pregunto que por qué la gente no acierta con su vocación, por qué no se les ve feliz. Y lo tienen bastante claro: te hablan de las presiones sociales, las expectativas de los padres, las influencias de los demás, dejarse llevar por lo fácil, los miedos y la búsqueda de seguridades. Aunque perciben que ahí se juega la vida, reconocen que no paran a escucharse.


¿Y qué ves que piden los jóvenes en este sentido?
Piden silencio, tiempos de interiorización, vivencias que les lleven a detectar sus emociones, a descubrir para qué están en el mundo. También piden gente que les acompañe, que les ayude a descubrir qué es esto que siento, por dónde tengo que ir.

¿Has podido poner algo ya en marcha este curso en esta línea?

Sí, pero en la línea más de pastoral vocacional. Hicimos un encuentro con 5 jóvenes donde se les invitaba a “pillar la ola”. En el fondo, nuestro Dios es el mar, que está en todas par-tes pero hay gente que le cuesta meterse en el agua. Al final es una invitación a situarnos como María que dijo “Sí” aunque no sabía a qué. No sé a qué te llama el Señor, si a ser religioso, no sé. Lo que sé es que si te pones delante de Jesús, él te va a libe-rar y te va a ayudar a surfear la vida increíblemente bien.

¿Por qué crees que no hay más vocaciones?
Estoy convencido de que el Señor sigue llamando hoy y siempre. Lo que sucede es que los jóvenes no lo tienen fácil. La sociedad te dice que la felicidad no está en darse a los demás. Y a veces se sienten muy solos, con muchas presiones y eso hace que tenga miedo. Yo les digo: “Tú lánzate, prueba, vive y viviendo, Dios te dirá si ese es tu sitio o no”.
También creo que, aunque hay dificultades, estoy convencido que en la medida en que haya tres o cuatro jóvenes se lancen, puede ser una ola, que arrastre y que anime a más gente. Porque realmente la misión marianista es bonita pero está en riesgo. Es importante que la familia marianista tome conciencia de esta realidad. Creo que tenemos que ser más proactivos e invitar a los jóvenes a que se pregunten: “Tú, ¿para quién eres? ¿En qué va a ser el mundo mejor contigo?”. Porque esto no es cuestión de Hugo, sino de toda la familia marianista y también de los jóvenes monitores. Necesitamos marinistas jóvenes, fuertes, ilusionados, que quieran transformar la realidad.

***Extracto de la entrevista publicada en el Nº123 de Vida Marianista***

**Puedes leer la revista completa y los números anteriores en la web de la Biblioteca Marianista: https://biblioteca.familiamarianista.es/vida-marianista-no-123/ **

**Puedes ver la entrevista completa en el canal de YouTube @MarianistasES**